Mairena del Alcor es un municipio y localidad de España, en la provincia de Sevilla, comunidad autónoma de Andalucía. Cuenta con una población empadronada de 23 698 habitantes (INE, 2020). Su extensión superficial es de 69,7 km² y tiene una densidad de 340 hab/km². Se encuentra situada a una altitud de 135 metros y a 21 kilómetros de la capital de provincia, Sevilla, y a 7 km de la localidad vecina de Alcalá de Guadaíra.
Mairena del Alcor, se sitúa en la comarca de Los Alcores al igual que Carmona, El Viso del Alcor y Alcalá de Guadaíra; Los Alcores constituyen una elevación en forma de meseta inclinada de poca altura que se levanta en medio de la Depresión del Guadalquivir en la provincia de Sevilla; a su misma vez, estos municipios pertenecen administrativamente a dos comarcas distintas, en el caso de Mairena del Alcor pertenece también a la Campiña de Carmona.
De la casa de Arcos procede el escudo de la villa, este es medio cortado, partido. En el primero superior, las barras de Aragón, y en el inferior el león de León.
El segundo de oro, con la imagen de San Bartolomé en su caranción y ropajes al natural y con los atributos de su martirio. El todo con bordadura de azur con ocho calderas de plata aclaradas de sable, en recuerdo de las ocho huestes que sostenían a sus expensas los Ponce de León para la defensa de la frontera contra los moros (en realidad, ocho escudetes de oro fajado de azur, de la Casa de Vidaurre). Al timbre, corona real antigua, en recuerdo de haber sido reconquistado por San Fernando.
El escudo oficial actual es una modificación reciente del escudo tradicional, al que se le ha cambiado la corona por una con lises; se ha añadido un remate conopial; se han confundido los escudetes con calderas; se ha invertido el orden del león y las barras, eliminado una de éstas; y finalmente se ha añadido una cartela barroca con ramas de laurel y encina.
El núcleo urbano se sitúa al norte del término, quedando al sur la vega. La mayor parte de la población se agrupa en torno al casco urbano de Mairena. Otros núcleos de población dentro del municipio son las urbanizaciones de El Torreón, Molino Romano, Cerro de los Camellos, El Campillo, La Hijuelilla, etc.
Tiene una vasta extensión de terreno, la cual se denomina «la vega». Está surcada por un arroyo casi siempre seco, el Salado. Cuando llueve, suele desbordarse, pero está a unos 4 kilómetros de la población, así que no supone riesgo alguno para ésta. En esta extensión se cultivan cereales, legumbres y olivos.
El poblamiento de la comarca es muy antiguo. Existen yacimientos prehistóricos que demuestran la ocupación continuada de la zona desde el Paleolítico Final. Más tarde, en el Neolítico, se establecieron pequeños poblados para explotar la riqueza agrícola de la vega. También se han encontrado abundantes restos del inicio de la Edad de los Metales como grandes tumbas megalíticas y restos cerámicos de vasos campaniformes. Los principales restos arqueológicos señalan la importancia de la comarca de los Alcores en la Edad del Bronce, unos 2000 años antes de Cristo, localizándose asentamientos de cabañas aprovechando las fuentes naturales que manan en las laderas de los Alcores. El tesoro “Andrés Morales” encontrado en Mairena, compuesto por joyas de oro de rica decoración orientalizante, atestigua la presencia de la civilización tartesia durante el I milenio. La influencia de los pueblos colonizadores fenicios y griegos se demuestra en el desarrollo de la agricultura y el comercio de los metales, la decoración cerámica y los restos funerarios. A partir del s. VI a. C., la civilización turdetana consigue desarrollar la explotación agraria de la vega y comerciante con griegos y cartagineses. La escultura del Sileno de la fotografía de la izquierda es una buena muestra del contacto con los pueblos orientales. Este busto del dios del vino de influencia griega se encontró en las Peñuelas, en el camino de Luchena, y actualmente está expuesto en el edificio del Ayuntamiento. En época romana se establecen en la zona diversas villae, cortijos y edificaciones rurales, pertenecientes al territorio de la ciudad de Irippo situada en la Mesa de Gandul, que explotaban las fértiles tierras de la vega, de las que quedan numerosos restos. Una de ellas fue Mariana, por el nombre de su dueño Marius, que posteriormente se pronunció *Mairana y a través del árabe andalusí Mairena. Otra fue Luciana por su dueño Lucius, luego pronunciada *Luchana y a través del árabe andalusí Luchena. Durante la época visigoda y musulmana, tanto estas como otras villae continuaron activas. La pila bautismal que se conserva en la fuente del Centro Parroquial es visigoda.
En época musulmana se establece sobre el alcor una torre vigía, que pudo formar parte del cinturón de vigilancia, defensa o comunicación en los Alcores. Las tierras de Mairena cayeron bajo el poder castellano del rey Fernando III el Santo en la campaña de 1246, y la torre y la aldea de Luchena fueron donadas a la Orden de Calatrava por su participación en el cerco de Sevilla.
El 20 de noviembre de 1342 Alfonso XI de Castilla donó a Pedro Ponce de León el Viejo, señor de Marchena, el señorío de Mairena del Alcor, segregando dicho municipio de la jurisdicción de Carmona, por los servicios prestados durante sitio de Algeciras, que comenzó en 1342 y finalizó en 1344 y, tres años después, el 17 de agosto de 1345, hallándose el rey Alfonso XI en el municipio vallisoletano de Tordesillas, señaló mediante documento los términos de la villa de Mairena del Alcor.
Desde que fuera entregada a Pedro Ponce de León, en 1342, hasta la abolición definitiva de los señoríos, el municipio de Mairena del Alcor perteneció a la Casa de Arcos. Alrededor del castillo, cuya parte central se construye a mediados del s. XIV, se va concentrando la población en una pequeña aldea.
En 1441 el rey Juan II de Castilla concede el derecho a celebrar la feria de Mairena al señor de Arcos. Hacia 1470, Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, amplía el castillo de Mairena construyendo las murallas exteriores, el foso y las bocas de fuego. De esta época procede el Arco, que fue una puerta de cierre de la población que se extendía sobre un alcor, a espaldas del castillo. La villa se consolida durante la Baja Edad Media como enclave rural del cinturón de abastecimiento de Sevilla, orientando su economía hacia el trabajo en el campo y la producción de trigo, aceite y productos hortofrutícolas para abastecer a la capital. En el s. XV Mairena pudo alcanzar los 500 habitantes, que se ubican entre las actuales calles Real y Ancha. El núcleo central de la Iglesia parroquial, la ermita de San Sebastián y la Casa Palacio, todos de estilo mudéjar, proceden de esta etapa.
En el Renacimiento la villa experimenta un importante crecimiento a causa del descubrimiento de América y el auge de Sevilla, alcanzando los 1.400 habitantes a finales del . Se potencia la producción de aceite y cereal, y se desarrolla la ganadería hasta hacerse famosos los caballos de Mairena. La crisis del s. XVII afecta a Mairena hasta reducirse su población a 1000 habitantes con las primeras epidemias del siglo. Poco a poco se va recuperando la población hasta conseguir los 2700 habitantes a finales del s. XVIII, gracias al desarrollo de la agricultura, la construcción de 4 molinos harineros en 1.780, la ampliación de la feria y la mejora del comercio en la comarca, que facilita la salida de los productos.
El ejército francés ocupa Mairena en la Guerra de la Independencia Española, estableciendo en enero de 1810 un cuartel de abastecimiento para las tropas. Durante el la villa crece debido al aumento de la natalidad. La casa de Osuna consigue una gran autonomía, después de haber asumido los títulos de la Casa de Arcos en 1780. La Iglesia de Mairena pierde sus propiedades y rentas durante el proceso de Desamortización de 1836. Varias hermandades pierden sus tierras y desaparecen, y el duque de Osuna pasa a ser propietario de los mayores cortijos de la villa tras el fallo del Juzgado de Alcalá. En la segunda mitad del s. XIX el cultivo de la naranja se expande por las huertas del Alcor, que se exporta con grandes beneficios. En 1877 el ferrocarril llegó a la localidad, mejorando las comunicaciones y facilitando la exportación de los productos maireneros.
A finales del s. XIX el arqueólogo inglés Jorge Bonsor excava en los Alcores, compra el castillo en 1902 y lo reedifica como residencia particular. Allí instala la colección arqueológica que obtiene de sus excavaciones. En el primer tercio del s. XX se moderniza Mairena con la construcción de edificios públicos como colegios y cementerios, el empedrado de calles, la modernización del ayuntamiento y la construcción de la primera fábrica de procesado industrial. El desarrollo de Sevilla con la exposición del 29 permite a los maireneros hacer negocios en la construcción, y exportar pana, aceites y fruta a Sevilla. Durante la Guerra Civil se destruyen algunas imágenes religiosas como el cuadro del Cristo de la Cárcel; diversos enseres, pasos e imágenes de hermandades y algunos altares de las Iglesias. Los años de hambre de la época franquista se soportan en Mairena con el estraperlo, el trabajo duro en el campo y la fertilidad de la tierra que proporciona buenas cosechas. En los años 60 y 70 se desarrolla el municipio hasta integrarse en el cinturón peri urbano de Sevilla. Ya existen en Mairena fábricas de procesado de productos agrícolas, panificadoras, fábricas y talleres de carpintería y metal, y un activo y creciente sector de la construcción. El campo se moderniza con la introducción de tractores y maquinaria. La antigua feria de ganado se convierte en fiesta y los primeros universitarios maireneros empiezan a destacar en sus sectores profesionales. Así, Mairena se consolida como una de las poblaciones cercanas a la capital con más próspero futuro. Hoy en día, los mairen…
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