Burdeos (Francés: Bordeaux, ; Occitano: Bordèu) es una ciudad portuaria del sudoeste de Francia, capital de la región de Nueva Aquitania y la prefectura del departamento de Gironda. Con una población de 260 958 habitantes en la ciudad y 814 049 habitantes (2019) en la metrópoli de Burdeos, es la quinta más importante de Francia, tras París, Marsella, Lyon y Lille, delante de Toulouse. Su área metropolitana, llamada aire urbaine de Bordeaux, cuenta con 1 363 711 habitantes (2019)
Burdeos es a menudo llamada «la perla de Aquitania», pero todavía arrastra el apodo de «La Bella Durmiente», en referencia a su centro histórico y sus monumentos que antes no estaban suficientemente resaltados. Sin embargo, Burdeos está "despierta" desde hace varios años, y en junio de 2007, una parte de la ciudad, Puerto de la Luna, fue registrada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco por el conjunto urbano excepcional que representa.
La ciudad es conocida por sus viñedos, sobre todo desde el , que fue una edad de oro. Antigua capital de Guyena, Burdeos es parte de Gascuña y está situada en el borde de las Landas de Gascuña. En 1957, Burdeos recibió el Premio Europa, junto con Turín.
Burdeos está situada cerca de la costa atlántica, en el suroeste de Francia. En línea recta dista de París, de Pau, de Toulouse, de Biarritz y de San Sebastián.
La ciudad es atravesada por el río Garona. Es un puerto accesible para grandes buques, aunque actualmente la mayor parte se detiene aguas abajo, hacia la desembocadura. En Burdeos está situado el último puente sobre el Garona, el puente de Aquitania; más allá el río y su estuario sólo es posible atravesarlos en ferry.
La aglomeración urbana crece a un ritmo rápido, lo que se refleja en una fuerte expansión especialmente hacia el oeste. Esta expansión está relacionada con el hecho de que los edificios en Burdeos rara vez superan los dos o tres niveles, incluso cerca del centro.
El nombre de la localidad está por primera vez registrado bajo la forma Burdigala en el . Seguidamente el topónimo es mencionado en el Medioevo como Burdegale bajo distintas formas; ciertas monedas antiguas muestran los nombres Burdeghla y Burdiale. Una forma occitana, Bordelh, aparece en el tercer sirventés de Bertran de Born D'un sirventes no m qual far longo ganda (« Sai de Bordelh, ni dels Cascos part landa »), y la forma latina Burdellum, en una carta de 1147 al abad Suger. Las primeras formas gasconas son Bordèu, registrada en 1280, y Bordel. Como en las zonas rurales de Gascuña Bordèu se pronunciaba Burdéu surgió su variante escrita francofonizada en Bourdeu. El nombre francés viene de una francisación del occitano Bordèu en Bourdeaux y posteriormente Bordeaux por analogía con el antiguo plural de Bordel «casa pequeña» lo que explica los otros nombres de lugar del tipo Bordeaux, Bourdeaux.
Durante el periodo de la Convención Nacional (1792-1795), la comuna llevó el nombre revolucionario de Comuna Franklin, en honor a Benjamin Franklin.
En el pasado se propusieron muchas etimologías fantasiosas para la antigua Burdigala. Por ejemplo: Burgos Gallos (burgo galo), por Isidoro de Sevilla o, en 1695, en el Mercure de France: «la bourde (tabla y -por extensión probablemente- empalizada) y jalle (suerte de cuba, usada en especial durante las vendimias)». En sus Recherches sur la ville de Bordeaux, el abad Baurein se basó en las supuestas raíces celtas, burg (la ciudad) y cal (el puerto). El origen de Burdigala podría quizás más probablemente estar en dos raíces aquitanas: *burd- y *gala que significan respectivamente «barroso » y «caleta», siendo *Burd- y *Gala ambos pre-latinos. Así, según Michel Morvan, el significado primitivo de Burdigala sería «abrigo en los pantanos».
Hace 30 000 y 20 000 años, la zona de Burdeos estaba habitada por neandertales, cuyos restos se han encontrado en la cueva Pair-non-Pair, cerca de Bourg-sur-Gironde, al norte de la ciudad. Burdeos fue fundada en el a. C. bajo el nombre de Burdigala por los Bituriges Vivisques, una tribu gala de la región de Bourges. El primer emplazamiento estuvo situado en la desembocadura del Devèze, un afluente del Garona.
La ciudad cayó bajo el dominio romano en torno al 60 a. C., estando su importancia ligada al comercio del plomo y estaño hacia Roma. Más tarde se convirtió en capital de la Galia Aquitania, floreciendo especialmente bajo la Dinastía Severa . En 276 fue saqueada por los vándalos, y posteriormente fue atacada de nuevo por los vándalos en el 409, por los visigodos en 414 y los francos en 498, comenzando un periodo de oscuridad para la ciudad.
A finales del , la ciudad volvió a surgir como la sede de un condado y una archidiócesis en el reino de los francos Merovingios. La ciudad cayó en el olvido cuando el poder real se desvaneció en el sur de la Galia en el . Burdeos fue saqueada por las tropas de Abd er-Rahman en el año 732, después de haber derrotado al duque Eudes de Aquitania; Abd er-Rahman fue derrotado y muerto durante la Batalla de Poitiers el 10 de octubre de ese mismo año frente al ejército comandado por Carlos Martel.
Bajo los Carolingios fueron nombrados una serie de condes de Burdeos, lo que sirvió para defender la desembocadura del Garona de los vikingos. Posteriormente, la ciudad fue heredada por los duques de Gascuña a finales del .
Desde el hasta el , Burdeos ganó importancia tras el matrimonio de la duquesa Leonor de Aquitania con el conde Henri de Anjou, nacido en Le Mans, que se convirtió a los pocos meses de su boda en el rey Enrique II de Inglaterra. Durante este periodo la ciudad floreció, principalmente debido al comercio del vino; fue en esos años cuando se edificó la catedral Saint André. Fue también la capital de un estado independiente bajo Eduardo, el Príncipe Negro (1362-1372), pero finalmente, tras la batalla de Castillon (1453) fue anexada por el rey de Francia, que amplió así su territorio. El Château Trompette y el Fort du Hâ, construidos por Carlos VII de Francia, fueron símbolos de la nueva dominación que, sin embargo, privó a la ciudad de su riqueza, al detener el comercio del vino con Inglaterra.
En 1462, Burdeos obtuvo un parlamento propio, pero la ciudad no recobró importancia hasta el . Burdeos se adhiere a la sublevación la Fronda, siendo incorporada al Reino de Francia en 1653, cuando el ejército de Luis XIV entra en la ciudad.
El fue la edad de oro de Burdeos. Su puerto llega a ser el primero de Francia, y el segundo del mundo, después de Londres, gracias principalmente al comercio de los bienes producidos por los esclavos en las colonias (azúcar, café, cacao…). También, la ciudad fue un importante puerto negrero, con 480 expediciónes y a unos 150 000 africanos deportados. Asimismo, muchos Bordelés y Aquitanos se han establecido en las colonias, esencialmente en Saint-Domingue (Haití). En esta « Perla de las Antillas », representaban 40% de la población blanca, trabajaban en las grandes plantaciónes o las poseían. Por eso, la colonia tenía el sobrenombre del « Eldorado de los Aquitanos ».
Todas estas riquezas permitieron el desarrollo urbano de Burdeos y muchos edificios del centro (unos 5000), incluyendo los de los muelles, proceden de este periodo. Victor Hugo encontró la ciudad tan bella que una vez dijo: «Tome Versalles, añada Amberes y tendrá Burdeos». El barón Haussmann, durante largo tiempo prefecto de la ciudad, utilizó la reconstrucción del Burdeos del como modelo cuando el emperador Napoleón III quiso transformar la entonces cuasi-medieval París en una capital moderna.
Durante la Primera Guerra Mundial, al estar París amenazada por el ejército alemán, el gobierno francés se retiró a Burdeos y en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad volvería a acoger brevemente al gobierno del país. Entre 1940 y 1943 la Marina Real Italiana estableció BETASOM, una base para submarinos, desde la cual los submarinos italianos y los alemanes U-Boot participaron en la Batalla del Atlántico.
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